La contaminación plástica es uno de los problemas ambientales más graves de nuestra era, afectando tanto a los ecosistemas como a la salud humana. Frente a esta crisis, más de 60 países, miembros de la High Ambition Coalition to End Plastic Pollution (HAC), han asumido el compromiso de eliminar la contaminación plástica para 2040. Esta coalición, que incluye a naciones como Reino Unido, Japón, la Unión Europea, Kenia, Australia y Ruanda, se esfuerza por establecer reglas globales vinculantes que transformen la forma en que se producen y gestionan los plásticos.
Un esfuerzo global por la sostenibilidad
La HAC busca reducir drásticamente la producción y consumo de plásticos, eliminando productos y químicos dañinos, y promoviendo una economía circular. Estas acciones se alinean con los debates liderados por la ONU para crear el primer tratado internacional legalmente vinculante que regule la contaminación plástica. La próxima ronda de negociaciones se llevará a cabo en noviembre de 2024 en Busan, Corea del Sur.
Las propuestas de la HAC incluyen medidas estrictas como la eliminación de plásticos problemáticos y el diseño de productos que sean seguros, reutilizables y reciclables. Con estas acciones, se espera cambiar el curso de la contaminación plástica a nivel mundial, marcando un antes y un después en la manera en que la sociedad utiliza este material.
Propuestas concretas para el 2040
La eliminación de la contaminación plástica para 2040 depende de la adopción de reglas globales claras y firmes. Las decisiones que se tomen en la quinta sesión del Comité Intergubernamental de Negociación (INC-5), organizada por la ONU, serán cruciales. Si las negociaciones no resultan en un acuerdo suficientemente fuerte, la HAC ha manifestado su disposición a seguir buscando alternativas. WWF también ha respaldado este compromiso, exhortando a la coalición a mantenerse firme en sus metas de reducción plástica, incluso si otros países no lo hacen.
Impacto en la salud humana
Además de los graves efectos ambientales, la contaminación plástica tiene un costo significativo para la salud humana. La presencia de microplásticos en la sangre ha sido relacionada con problemas cardíacos y accidentes cerebrovasculares. El Plastic Health Council ha destacado que la exposición a químicos disruptores endocrinos (EDCs), asociados al plástico, costó $250 mil millones en Estados Unidos solo en 2018. Estos hallazgos subrayan la urgencia de abordar la contaminación plástica no solo como un problema ambiental, sino también de salud pública.
La urgencia de una acción global
El 5 de septiembre de 2024 se marcó el Plastic Overshoot Day, que señala el punto en el cual la gestión global de residuos plásticos se vuelve insostenible. A partir de esa fecha, el mundo produce más plástico del que puede manejar adecuadamente. Entre los principales responsables de este desequilibrio están países como China, India y Estados Unidos, que generan la mayor parte del plástico mal gestionado a nivel mundial.
Una encuesta reciente reveló que el 85 % de la población mundial apoya la prohibición de plásticos de un solo uso, evidenciando un consenso global a favor de tomar medidas urgentes para combatir esta crisis. Sin embargo, no será suficiente con la acción de unos pocos países; se necesita una cooperación global, con compromisos concretos tanto del sector político como del empresarial.
Un futuro sostenible
El objetivo de eliminar la contaminación plástica para 2040 debe ser una prioridad global. La High Ambition Coalition está liderando este esfuerzo, pero es crucial que más naciones se unan a esta causa y que las negociaciones internacionales resulten en un acuerdo sólido. Con reglas claras y mecanismos de rendición de cuentas, será posible reducir significativamente la contaminación plástica y garantizar un futuro más sostenible para las generaciones venideras.
Este es un momento decisivo. El éxito de estas iniciativas determinará si el mundo logra superar una de las mayores amenazas ambientales de nuestro tiempo.