Según los últimos informes que datan sobre la contaminación en las montañas indican que los plásticos son los desechos más abundantes en todas las montañas del mundo.
Este es el resumen de los datos que arroja el informe Plastic on peak, elaborado por GRID-Arendal, centro de informaciones ambientales sin fines de lucro con sede en Noruega, que ha realizado junto con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, PNUMA, la Secretaría de Convenios de Basilea, Roterdam y Estocolmo, BRS, la Iniciativa de Investigación de las Montañas, MRI y la Federación Internacional de Escalada y Alpinismo, UIAA, entre otras entidades relacionadas con el ámbito de las montañas.
Los desechos orgánicos ocupan el segundo puesto, con el 61% sobre el total detectado. Esto representa una seria amenaza para la salud, por el riesgo de contaminación de las fuentes de agua, entre ellos está el papel higiénico y las toallitas sanitarias. A su peligrosidad, se une el gran efecto antiestético y su durabilidad. El papel higiénico puede permanecer en la naturaleza sin degradarse hasta cien años.
También les siguen los cartones, vidrios, restos textiles de prendas deportivas y residuos metálicos, ocupando las últimas plazas restos electrónicos y pilas.
La publicación de este informe ha coincidido intencionalmente con el Año Internacional de las Montañas 2022, para denunciar y concientizar sobre la preocupante situación que produce la abundancia de estos restos a nivel global. Se persigue con ello mejorar la responsabilidad individual para reducirlos, la herramienta más eficaz con la que contamos para contener esta tendencia, según lo señalado por el informe.
En lo que al plástico respecta, su deterioro solo se produce después de una prolongada exposición ambiental. Dicha degradación los convierte en fragmentos microscópicos, que se esparcen por todas partes.
En cuanto a dónde tiramos estos desechos el informe ha detectado que la mayoría de ellos se localiza en las zonas que frecuentan visitantes ocasionales de las montañas, como senderistas, excursionistas y montañeros, no las personas residentes en las áreas montanas.
Los lugares en donde se ha detectado la mayor acumulación de basura plástica son los márgenes de los caminos y sus puntos de descanso, con el 81% del total. Les continúan los aparcamientos y zonas habilitadas para caravanas, con el 77%.
En tercera posición, con el 62%, está el entorno de los refugios y cabañas de montaña. Además, destaca que en las cimas de las montañas se acumula el 46 % del total de residuos.
Las previsiones señalan que estos desechos abandonados crezcan en las próximas décadas, sin que se aproxime una solución para el problema. Los responsables del informe de GRID-Arendal instan a mejorar la responsabilidad individual como clave para reducir estos desperdicios. Conseguir esta concienciación solo puede ser posible, advierten, con la mejora educacional sobre las consecuencias de arrojar basuras.