Uno de los grandes problemas que presenciamos actualmente tiene que ver con la contaminación plástica. Se calcula que 8 millones de toneladas de desechos plásticos llegan a los mares anualmente. Debido a esto, miles de personas ingerimos o inhalamos microplásticos a través de los alimentos, del agua, o por aire, pero ahora también se han encontrado en la sangre.
Los microplásticos son elementos derivados de los desechos plásticos, que se van fragmentando hasta convertirse en diminutas partículas de menos de 0.5 centímetros. Si bien no existen estándares para determinarlos.
Asimismo, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) indica que podemos encontrar estas partículas en animales de consumo como peces, crustáceos y moluscos, y en consecuencia ser ingeridos por los humanos.
Según la FAO existen dos categorías de microplásticos:
- Primarios: Son creados intencionalmente de un tamaño pequeño e incluyen los granulados, polvos y abrasivos domésticos e industriales.
- Secundarios: se generan a partir de la degradación de plásticos más grandes, a causa de la fragmentación o por las emisiones de microplásticos durante el transporte terrestre.
Todavía se desconocen los efectos de los microplásticos en la salud humana, pero la preocupación por la existencia de plásticos en el organismo va creciendo.
Un nuevo estudio realizado por un grupo de científicos, ha revelado un dato inédito: la existencia de microplásticos en la sangre.
De acuerdo con The Guardian, durante la investigación se descubrió que el 80% de las muestras sanguíneas, extraídas de personas sanas, contenían partículas diminutas plásticas. Esto significa que dichas partículas pueden transitar por el cuerpo e instalarse en los órganos. En el laboratorio, se ha podido comprobar que los microplásticos dañan las células humanas.
Otras investigaciones han demostrado que los microplásticos son capaces de adherirse a los glóbulos rojos, limitando la capacidad de transportar oxígeno, e incluso que podría existir una relación entre el cáncer y estos materiales.
Con el objetivo de contribuir a solucionar este problema, algunas de las acciones que podrían realizarse son:
- Reducir el consumo de plásticos. En la Ciudad de México ya existen políticas que contribuyen con esto, pero aún falta que las personas y los gobiernos busque formas de reducir el consumo de dichos materiales.
- Impuestos e incentivos: por medio de la regulación se puede obligar a las industrias a hacer más eficiente el empleo y la producción de plásticos.
- Estándares verdes: Diseñar ciertas certificaciones e instrumentos de evaluación que ayuden a mostrar el daño de los empaquetados.
- Responsabilidad compartida: Productores y consumidores deberán seguir el proceso de vida de sus desechos plásticos.
Estamos frente a un problema que sigue creciendo, y que, de no actuar rápidamente, es posible que la gravedad sea irreversible.