La aviación deberá acelerar sus esfuerzos de descarbonización, para no pasar del 3 % actual al 20 % de emisiones en 2050.
Este cálculo tiene en cuenta la descarbonización prevista en otras industrias y el crecimiento del sector aéreo, así como los planes actuales de las empresas para ampliar las tecnologías de baja emisión de carbono y la compensación de emisiones.
Según edie, el Boston Consulting Group (BCG) ha afirmado que será un gran reto evitar el crecimiento de las emisiones del sector, hasta un nivel incompatible con el cero neto para 2050, sin embargo, que sería teóricamente posible con la combinación adecuada de soluciones.
En una hipótesis menos exigente, el 30 % de las reducciones se obtendrían mediante mejoras en la eficiencia y un 10 % mediante el uso de SAF de base biológica.
El BGC ha advertido que la reducción de emisiones solo se logrará con esfuerzos conservadores y de colaboración para adaptar las flotas existentes, mejorar la gestión del tráfico aéreo y ampliar la cadena de suministro mundial de SAF.
El SAF, combustible de origen biológico, representaba solo el 0.01 % del combustible de aviación utilizado en 2020 y actualmente es hasta seis veces más caro que el combustible de aviación tradicional. Según BCG, para abordar el 30-60 % restante de las emisiones, sin depender excesivamente de la compensación de carbono, será necesario el uso de tecnologías que aún no existen a escala comercial.
En cuanto a la aviación eléctrica, BGC sostiene que es probable que los aviones puramente eléctricos solo se utilicen para viajes nacionales de corta distancia durante varias décadas, ya que es un reto electrificar aviones lo suficientemente grandes como para realizar vuelos comerciales de media o larga distancia.
En cuanto al hidrógeno, el informe afirma que los mismos retos que impiden las pilas de combustible de hidrógeno en cuanto a producción y almacenamiento de hidrógeno, obstaculizan el desarrollo.
Será necesario rediseñar los motores de los aviones y replantear las estructuras de los fuselajes para almacenar el volumen de hidrógeno necesario.
Por último, el informe asegura que, aunque teóricamente es posible conseguir que la industria de la aviación sea neta sin recurrir a la compensación de carbono, hay pocas probabilidades de que esto ocurra antes de 2050.