La Unión Europea, durante el año pasado, elaboró un paquete de medidas de economía circular con el objetivo de reforzar la gestión de residuos y el reciclaje. El objetivo principal es el de incrementar el nivel de residuos municipales reciclados hasta el 55% en 2025, el 60% en 2030 y el 65% en 2035.
Bruselas, por otra parte, hace unos años aprobó una directiva sobre embalajes y residuos de embalajes, que obliga a los estados miembros a reciclar al menos el 70% de los residuos en los próximos diez años.
Sin embargo, a finales de 2017 solo Alemania, Eslovenia, Austria, Holanda, Bélgica y Suiza alcanzaban el 50%. Distintos inversores de estos países se han dedicado a rediseñar productos (empaquetados, materia prima renovable y fibra, materiales de construcción, agricultura de precisión), el uso circular (en los sectores de nutrición, moda y ocio, hogar y estilo de vida, economía compartida), tecnologías habilitadoras (digitalización, producto como servicio, logística y pruebas) o los recursos circulares (extensión de vida útil del producto, recolección y clasificación, recuperación y reciclaje).
Un gran ejemplo de éxito en reciclaje que se pueden mencionar es la recogida de botellas de plástico a través máquinas expendedoras inversas. En Alemania se ha convertido en una tarea muy concientizada, y muchos consumidores participan en este tipo de recolección a cambio de dinero. Este sistema ha generado un gran porcentaje de recogida: el 95% de los envases de tereftalato de polietileno a escala nacional.
Muchos países ya están implementando planes de devolución de depósitos para promover el reciclaje entre los consumidores, que se incrementará a raíz de la Directiva sobre Plásticos de un Solo Uso de la UE, que establece el objetivo de recogida de botellas del 90% para todos los estados miembros en 2029, así como el requisito de que todas las botellas de plástico contengan un mínimo del 25% de plástico reciclado en 2025.