España inaugura su primer supermercado libre de plásticos

España inaugura su primer supermercado libre de plásticos

En España hay un supermercado libre de plásticos que demuestra que es posible proteger y brindar alimentos sin utilizar polietileno.

El supermercado Linverd, ofrece al público, una gran variedad de alimentos que cuentan con un sello ecológico para garantizar su origen y sostenibilidad. También utilizan una gran variedad de envases de papel, vidrio o derivados orgánicos para proteger los productos.

El cofundador de Linverd, Esteve Domènech, comparte que la idea de este establecimiento es un espacio donde el cliente cuenta con la oportunidad de ampliar sus opciones de compra de manera responsable.

Además, espera que a través de esta iniciativa se pueda conectar con la sensibilidad de los consumidores que también comparten la idea de que, a través de la compra se puede intervenir de manera activa en la reducción de envases y embalajes, y así contribuir a preservar el planeta. 

Gran parte de los productos se riegan por aspersión y se planea la incorporación de alrededor de otros 25 proveedores, como la cooperativa Hortec.

Dentro del supermercado libre de plásticos, se pueden encontrar envases de cartón, papel o vidrio y cuenta con un amplio surtido de alimentos, como, por ejemplo, vinos, conservas, lácteos, comida a granel, legumbres, frutos secos, harinas, fruta y verdura.

Adicionalmente, la tienda brinda la posibilidad de comprar lechugas o plantas comestibles cultivadas en el lugar, en un sistema de plantación vertical, creado con las debidas condiciones de calor y humedad para su crecimiento.

Datos brindados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), informan que se consumen anualmente 5 billones de bolsas de plástico en el mundo y que la mayoría de ellas están hechas de polietileno, un material que tarda aproximadamente 500 años en biodegradarse.

Además, cada se vierten en el océano 13 millones de toneladas de plásticos por año, debido al mal tratamiento de los residuos en las grandes ciudades. Se ha comprobado que cuando estos empaques se convierten en microplásticos son ingeridos por los mismos peces que luego son consumidos por los humanos.