Las constantes mejoras en materia de productos electrónicos resultan irresistibles para sus usuarios, lo que representa un nuevo reto para la gestión de residuos. Tan solo durante 2019 se han generado 53 millones de toneladas métricas de residuos, proveniente del reemplazo por productos nuevos.
Por otra parte, en Estados Unidos, el volumen de desechos electrónicos ha ido disminuyendo, dado que los nuevos productos son más compactos y mas livianos que los fabricados anteriormente. Los televisores son más delgados y funcionales, reemplazando así otros reproductores independientes como el Blu-ray, DVD y otros.
Los teléfonos, por su parte, junto con las computadoras portátiles han reemplazado a las de escritorio.
Hoy los consumidores estadounidenses han reducido la cantidad de residuos electrónicos en un 10% comparado con 2015. Sin embargo, solamente el 35% de estos residuos son reciclables. Además, existe poca información sobre dónde reciclar los desechos que se generan, terminando en vertederos y poniendo en riesgo la salud de la población y del medio ambiente.
Es necesario, entonces, tomar medidas urgentes para reciclar estos desechos, tanto para preservar la salud de las personas como también para recuperar los materiales valiosos que contienen. Claro que desarmar los aparatos electrónicos para recuperar parte de los materiales con que se fabrican requiere cierta inversión y mucha mano de obra. En consecuencia, el 40% de los desechos electrónicos que se producen en Estados Unidos es exportado a regiones del sudeste asiático, donde hay pocas medidas sustentables que protejan a quienes se dedican a repararlos o reciclarlos.
El Distrito de Columbia y 25 estados de E.E.U.U. han promulgado diversas leyes de reciclaje de desechos electrónicos, particularmente orientadas a productos grandes como los antiguos televisores, por ejemplo.
Algunas investigaciones realizadas revelaron que actualmente los desechos electrónicos son más livianos, y esta característica influye en la reducción de desechos que los consumidores producen, sin embargo, estos residuos no son más sustentables.
La innovación ha beneficiado en gran medida a reducir la cantidad de desechos electrónicos, pero los materiales utilizados en su ensamblaje dificultan el desmonte de estos aumentando los costos del reciclaje. Contienen metales como el cobalto, el indio y otros elementos que requieren una gran cantidad de energía y numerosos gastos para su extracción, y todavía no se ha logrado recuperarlos de manera rentable, aunque se está estudiando este tema.
Para resolver estas cuestiones, se ha propuesto tratar estos desechos como recursos y no como residuos, teniendo en cuenta que contienen metales como oro, plata, paladio y otros materiales de valor contenidos en ellos.
Adicionalmente, gobierno, consumidores e industrias deberán cumplir un rol fundamental, diseñando productos fáciles de reparar y de reutilizar, fomentar la conservación de los dispositivos adquiridos por los consumidores por una mayor cantidad de tiempo, regulando la actividad y creando establecimientos de reciclaje de mantengan los residuos electrónicos lejos de los vertederos.