Credito de la foto: Mark Stone/University of Washington
Al hablar de Internet de las cosas, los tecnólogos omiten mencionar la necesidad de baterías y de dispositivos electrónicos que necesitan las cosas para estar interconectadas, para recopilar y procesar datos en esa intercomunicación. A esto se suma el hecho de que muchos de estos objetos estan fabricados de plástico y no poseen componentes electrónicos integrados.
Investigadores de la Universidad de Washington han creado una novedosa manera de utilizar plástico impreso en 3D para elaborar objetos que se comuniquen con teléfonos inteligentes y otros dispositivos Wi-Fi, sin requerir de baterías o de dispositivos electrónicos.
Esta investigación se apoya en investigaciónes anteriores realizadas en 2014 por la Universidad de Whashington, en donde otros investigadores emplearon chips sin batería que transmiten sus bits reflejando o no reflejando las señales de un enrutador Wi-Fi.
Con este tipo de retrodispersión, un dispositivo puede comunicarse modulando su reflejo de la señal de Wi-Fi en el espacio.
La última investigación realizada ha aprovechado la tecnología de retrodispersión Wi-Fi para la geometría 3D, creando dispositivos inalámbricos fáciles de imprimir en impresoras 3D básicas.
Para ello, los investigadores han construido análogos no electrónicos e imprimibles para cada uno de los componentes electrónicos utilizando filamentos de plástico e integrándolos en un solo diseño computacional.
Los amantes de la impresión 3D podrán crear sus propios objetos a partir de los modelos CAD que los investigadores ponen a su disposición. Estos diseños incluyen un control deslizante sin batería que controla el volumen de la música, un botón que solicita automáticamente más copos de maíz desde un sitio web de comercio electrónico y un sensor de agua que envía señales a su teléfono si detecta una fuga.
Adicionalmente, los investigadores han aprovechado el movimiento mecánico para otorgarle energía a sus objetos. Por ejemplo, al accionar la tapa de una botella de detergente, el movimiento mecánico de desenroscarla sirve para comunicar datos.
Se emplean materiales compuestos de filamentos de plástico con propiedades conductoras como el cobre y el grafeno. Esto asegura que los objetos reflejen correctamente las señales de WI-FI. Luego el reto se plantea al comunicar los datos recopilados, para ello, los investigadores tradujeron los bits 0 y 1 de la electrónica tradicional codificándolos como engranajes de plástico impresos en 3D. Estos engranajes reflejan la señal WiFi de distinta forma dependiendo de si transmiten un bit 1 o un bit 0.
Lo más relevante de esta tecnología es su posible uso en la medicina, en puntos de atención, así como el seguimiento de apertura o cierre de un frasco de medicamento, o al utilizar una pluma de insulina.