Desde 2018, los objetivos ambientales han hecho grandes cambios en la industria del plástico a partir del documento Una Estrategia Europea para los plásticos en una Economía Circular, elaborado por la Comisión Europea. Después de la aparición de este documento, se ha desencadenado regulaciones y prohibiciones de los productos de plástico de un solo uso. Estas acciones han tenido replicas en todo el mundo.
Asimismo, hubo una gran cambio en los compradores, los cuales son cada vez más críticos con los hábitos de consumo porque están más preocupados por el medio ambiente. Ahora demandan envases más sostenibles. Muchas empresas cambiaron a estas propuestas con materiales degradables o biodegradables, más ligeros, con menos capas y con material reciclado. La prioridad en el cambio de envases de alimentos era muy fuerte, porque es la que tiene más demanda.
El Covid-19 cambió la visión una vez más, porque si bien es necesaria la preocupación medioambiental, también se hizo evidente la necesidad de un material que mantuviese la inocuidad de los alimentos. Una gran ayuda para combatir la pandemia fue a través de los envases alimentarios plásticos.
Pero, ¿cómo ha cambiado los hábitos de consumo? Los consumidores han aumentado su compra de alimentos y han aumentado los volúmenes para evitar las salidas frecuentes. Los envases han ayudado a que los productos perecederos tengan una mayor vida útil, además de fortalecer la seguridad alimentaria. También ha habido un aumento en compras de alimentos Online, en los cuales se hacen necesarios los envases secundarios para una correcta logística.
Para la nueva normalidad se tiene que evaluar ambos lados de la moneda y facilitar a las empresas participantes los recursos y contactos para orientarse hacia el reto de la economía circular en el área de los envases alimentarios.
También se necesita que los consumidores realicen una correcta separación de los residuos, para que los recicladores mejoren su sistema de selección, y toda la cadena de reciclaje se vea fortalecida.