Si bien América Latina es uno de los continentes que menos recicla, desde hace muchos años que muchas personas, provenientes de los sectores más probres de la sociedad, se dedican al reciclaje informal como medio de vida. Se trata de alrededor de dos millones de personas que desde hace ya mucho tiempo recolectan y seleccionan manualmente separando los distintos materiales que pueden reciclarse, y que luego venden. Ese dinero lo utilizan para vivir y mantener a sus familias. Además, es importante destacar que que esta labor colabora indirectamente con la que realizan los servicios públicos de limpieza.
Este trabajo actualmente se sigue realizando en condiciones muy insalubres, y manipulando los desechos directamente desde los grandes vertederos. Es por ello que estos trabajadores se encuentran reclamando condiciones dignas de labor y el reconocimiento de su función social en la gestión de residuos. Algunas ciudades ya comenzaron a incorporarlos a la gestión pública de residuos y empezaron a reconocer la importancia de la labor que desempeñan.