La Agencia Internacional de Energías Renovables proyecta que, para 2050, aproximadamente 78 millones de toneladas métricas de paneles solares podrían llegar al final de su vida útil, y que se generarán cerca de 6 millones de toneladas métricas de nuevos desechos electrónicos solares al año.
Los paneles solares están compuestos por células fotovoltaicas (PV) que convierten la luz solar en electricidad. Al llegar a los vertederos, muchos recursos son desperdiciados, y al contener materiales tóxicos pueden filtrarse y descomponerse ocasionando un nuevo y grave peligro ambiental.
Los productores de la Unión Europea deberán asegurarse de que todos los paneles solares fabricados puedan reciclarse adecuadamente. Países como India, Australia y Japón se encuentran analizando y creando nuevos requisitos de reciclaje, mientras que Estados Unidos no posee regulaciones al respecto, salvo una ley estatal que rige en Washington.